La 65ta Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), celebrada en Santiago de Chile del 26 al 30 de marzo, se presentó como un evento crucial para dialogar sobre los desafíos que enfrenta la región para asegurar un crecimiento económico inclusivo y la sostenibilidad ambiental a pesar de los cada día más tangibles efectos adversos del cambio climático.
Con la COP30 en el horizonte, los temas de vulnerabilidad e infraestructura resiliente explorados proporcionan un contexto pertinente para entender cómo la región puede prepararse mejor para enfrentar los desafíos. Un equipo experto de KPMG dedicado a infraestructura y sostenibilidad estuvo presente, participando y estableciendo conexiones con inversionistas y empresas interesadas en abordar los retos del cambio climático en la región.
América Latina y el Caribe son una de las regiones más vulnerables a los efectos del cambio climático, los cuales en los últimos años han tenido efectos cada vez más adversos, la región es una de las más vulnerables al cambio climático, a pesar de que su contribución histórica asociada a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) es menor a la de países o regiones con mayores niveles de industrialización. En particular Chile, de acuerdo con la Convención Marco de las Naciones Unidades, cumple con 7 de los 9 criterios de vulnerabilidad al cambio climático, ha evidenciado grandes retos en la última década, con afectaciones como sequías, marejadas, inundaciones e incendios, los cuales han tenido un alto costo en vidas humanas y han impactado negativamente en la economía.
Enfrentar el cambio climático es una tarea que parte por comprender los impactos y dependencias, para así identificar los riegos y oportunidades, que permitan diseñar estrategias y planes a la medida, en particular a nivel de infraestructura crítica. Existe una gran oportunidad en las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN), que como su nombre lo dice, aprovechan los procesos naturales para mejorar la resiliencia frente a eventos climáticos extremos, al mismo tiempo que contribuyen a la conservación de la biodiversidad y la salud de los ecosistemas. Medidas como la implementación de techos verdes, la creación de corredores biológicos, sistemas de bosques de protección, no solo fortalecen la infraestructura física, sino que también ofrecen beneficios ambientales al reducir la erosión, mejorar la calidad del agua y regular el clima local.
En su discurso de clausura, el presidente Goldfajn proporcionó información actualizada sobre la implementación de BIDImpact+, un conjunto de transformaciones para mejorar el impacto y la escala de la cooperación del BID en la región. Se espera que estas transformaciones aumenten la capacidad de financiación anual en US$130.000 millones a lo largo de una década, y que traduzcan mejor esas inversiones en resultados para América Latina, el Caribe y el mundo.
Se firmó un total de 11 acuerdos, tres de carácter regional con particular importancia para Chile. “La iniciativa de cooperación regional en materia de desastres partió de propuestas que hizo Chile hace dos reuniones, en Panamá, y que originalmente se focalizaba en la cooperación en el combate a los incendios forestales. El Banco lo amplió a desastres de diversa naturaleza y más de 30 países ya la suscribieron”. Esta iniciativa contará con US$10 millones en financiamiento no reembolsable entre 2025 y 2030, y busca fortalecer la capacidad de los países para enfrentar desastres naturales mediante mejor preparación, coordinación regional y mecanismos financieros innovadores. Se enfoca en el desarrollo de herramientas para evaluación de riesgos y sistemas de alerta temprana, la creación de redes para una respuesta coordinada, y la implementación de instrumentos financieros como bonos de catástrofe.
El desafío es encontrar un equilibrio adecuado entre la planificación estratégica de infraestructura resiliente a largo plazo y la implementación de medidas de adaptación y mitigación inmediatas que sean coherentes con la hoja de ruta que ha trazado el país al amparo de la Ley Marco de Cambio Climático".
Mauricio Villaseñor
Director de Climate & Nature de KPMG en Chile.
En resumen, esta reunión anual del BID no solo subrayó los desafíos imperiosos que América Latina y el Caribe confrontan en el contexto de la vulnerabilidad climática, sino que también destacó las oportunidades innovadoras para fomentar un crecimiento sostenible. A través de la cooperación regional e internacional y el compromiso de instituciones financieras y expertos en sostenibilidad, se busca diseñar un futuro más resiliente y sostenible para la región, alineando estrategias de desarrollo económico con la urgente necesidad de protección ambiental.
Chile y la región se encuentran en un punto de inflexión con respecto a la gestión de la infraestructura heredada y la planificación de la infraestructura demandada para los niveles de desarrollo proyectados. En dicho contexto, los acuerdos suscritos en este evento son señales clave para la movilización de los recursos públicos y privados necesarios para asegurar un desarrollo resiliente y bajo en carbono”.
Richard Threlfall
Global Head de Infraestructura de KPMG Internacional.